top of page

CUERPOHÁBITAT: Laboratorio de experiencias somáticas y afectividadambiental

Por Ali Salguero


“La única respuesta efectiva ante la catástrofe ambiental de nuestro tiempo es una

revolución que (…) atienda con toda la seriedad posible la dimensión afectiva,

sensible y sintiente de nuestro Estar en el mundo. Cualquier revolución que quiera

ir hasta las entrañas de la destrucción planetaria deberá ser ante todo una

revolución ético-política y estético-poética que reincorpore la potencia del cuerpo

(…)”.

Con estas palabras comienza el potente libro de Omar Felipe Giraldo e Ingrid Toro:

“Afectividad Ambiental: Sensibilidad, empatía, estéticas del habitar”, un tratado de

ecología política y filosofía epistemo-estética que pone al centro de la cuestión

ambiental la escisión fundamental que, como especie, hemos trazado entre “yo

mismx” y todo lo demás.

¿Por qué el cuerpo? ¿Por qué, si nos enfrentamos a una crisis ambiental, a un

desastre planetario, habríamos de dedicar tiempo, estudio y atención a algo tan

íntimo y subjetivo como las propias experiencias sensoriales? En palabras

sencillas: porque la manera en la que sentimos determina las formas en que

actuamos. Si los modelos de pensamiento dominantes nos han orillado a una

sensibilidad apática, adormecida, guiada por el consumo y la producción

desenfrenados, es consecuente que nuestras acciones sigan la misma lógica. Si

nos concebimos como individuos separados del entorno, es inevitable que todo

cuanto nos rodea se vuelva un recurso a nuestra disposición en lugar de un

sistema vivo al que pertenecemos. Los pueblos originarios de todo el mundo lo

sabían y lo saben bien. Es en las sociedades occidentales y occidentalizadas,

movidas por el crecimiento ilimitado y por un ideal de progreso basado en el

dominio (de otros cuerpos, de otros territorios, de otras culturas) donde se nos

enseña que esta manera de habitar el mundo y de relacionarnos con él -es decir,

desde la separación-, no responde al orden de la sensibilidad, sino al de la razón

pura: la desensibilización ante la destrucción de los ecosistemas no es más que el

resultado inevitable de nuestra supremacía como especie: una superioridad

atribuida a que somos “seres racionales”.

Bajo esta lógica, la razón se posiciona como más elevada que la sensibilidad, y de

la misma manera se establecen y perpetúan otras dicotomías jerarquizadas que

buscan justificar la explotación y la violencia: lo humano por encima de lo animal,

“lo civilizado” por encima de “lo salvaje”, lo masculino por encima de lo femenino,


la mente por encima del cuerpo. Así, volvemos a la pregunta inicial. ¿Por qué

pensar lo ambiental desde el cuerpo? Como sostienen Giraldo y Toro (2020): “El

paradigma racionalista dominante nunca aceptó que la afectividad permea toda

forma de racionalidad, que ser racional es al mismo tiempo un asunto afectivo, y

que no existe ningún pensamiento o conocimiento libre de sensibilidad y

afectividad.” Esto, sencillamente, porque somos seres encarnados: existimos

como cuerpos y es a través de la sensibilidad del cuerpo que conocemos el

mundo y nos relacionamos con él. Todo raciocinio, todo conocimiento, proviene del

encuentro entre nuestro cuerpo y aquello que impacta nuestros sentidos. Nuestros

cuerpos son, todo el tiempo, afectados por el mundo, y en respuesta, nuestros

cuerpos afectan el mundo incesantemente. Afectar y ser afectadxs: este es el

principio básico del concepto de afectividad.

Conocer el mundo y a sus habitantes a través del cuerpo, recuperar el cuerpo

como una fuente primordial de información, reivindicar los procesos estéticos (es

decir, aquellos en los que significamos el mundo a través de las experiencias

sensoriales) como formas de crear conocimiento, sensibilizar nuestros cuerpos en

su capacidad de afectar y de ser afectados: todas estas son cuestiones

esencialmente corporales que consideré importantes y posibles de abordar a

través de una serie de encuentros que integraran prácticas somáticas a la

reflexión en torno a la afectividad ambiental planteada por Giraldo y Toro.

Así surge mi inquietud por desarrollar CUERPOHÁBITAT, el laboratorio que fue

formulándose, sentipensándose, diseñándose y realizándose entre los árboles, las

flores y las hortalizas de Huerto Roma Verde.

A través del formulario para residencias artísticas que Huerto Roma Verde tiene en

su sitio web, envié la propuesta de este proyecto y tuve la entrañable oportunidad

de vivir en la Morada Civilizionaria “Víctor Toledo” para el desarrollo e

implementación de este laboratorio, en el que me propuse replantear y adaptar mi

práctica pedagógica (que ejerzo en los campos de la danza contemporánea, la

improvisación de contacto y la danza-movimiento terapia) para, a través de la

conciencia corporal, del movimiento y del contacto con otros cuerpos (humanos y

no-humanos), abordar las cuestiones que exponía al inicio de este texto.

Se lanzó una convocatoria donde, a través de un cuestionario, las personas

interesadas pudiesen aplicar para ser seleccionadas como participantes del

laboratorio. Los criterios de selección incluían la procuración de diversidad en

géneros, edades, niveles educativos y campos de conocimiento, además del

compromiso a asistir a la totalidad de las sesiones. Se seleccionó a 10

participantes, entre quienes estaban personas dedicadas a la psicología, el trabajo

social, la neurociencia, la sociología, la biología y las artes, entre otras áreas. El


laboratorio tuvo una duración total de 12 horas distribuidas en cuatro días

consecutivos, y se llevó a cabo de manera situada e itinerante en diversas áreas

de Huerto Roma Verde.

Cada sesión del laboratorio contó con un espacio para la lectura, el diálogo y la

realización de ejercicios sencillos de composición literaria, así como con la

presencia de un fotógrafo que llevó a cabo un registro íntimo y sensible de

nuestros encuentros. Con este material -las fotografías y los textos escritos por lxs

participantes del laboratorio-, me dediqué a editar un producto gráfico-literario a

manera de cristalización de las experiencias vividas durante CUERPOHÁBITAT.

Este documento, como parte final del proyecto, está disponible para su consulta y

distribución gratuita en el siguiente enlace:



CUERPOHÁBITAT significó un espacio para el intercambio, para el aprendizaje

colectivo, para la vivencia estética de nuestra condición como seres encarnados:

de nuestros cuerpos como ecosistemas en los que cohabitan el placer y el miedo,

la cognición y la sensualidad, el amor y el juicio, la capacidad de sostenernos

mutuamente y de sentirnos interpeladxs por lo que ocurre a nuestro alrededor. Me

conmueve y me emociona la posibilidad de continuar explorando la intersección

entre teoría y práctica mediante el universo sensible y potente que es el cuerpo,

para así seguir sosteniendo encuentros que, como este laboratorio, ofrezcan vías

para aprender a habitar el mundo con gozo y conciencia.


Si te interesa conocer más sobre el laboratorio CUERPOHÁBITAT o sobre mi

trabajo, puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi correo:

 
 
 

1 Comment


Disfruto mucho salir a caminar por el parque los fines de semana, pero quería algo nuevo para mis noches en casa. Pensé que un casino en línea podría ser divertido para probar suerte. Encontré https://betwarrior-bet-ar.com/, una web argentina con un diseño simple y juegos como tragamonedas y póker. Desde Argentina, ofrecen bonos de bienvenida con tiradas gratis o un extra al depositar, promociones para juegos en vivo y torneos semanales con premios. La plataforma es fácil de usar, incluso en el celular, y todo está bien explicado para principiantes. Ahora mis noches son más entretenidas con estos juegos.

Like
bottom of page