MANDALA E INTEGRACIÓN AMBIENTAL
El área del Mandala es uno de los espacios más distintivos y significativos del HRV, que pertenece al Gajo de Integración Ambiental e incluye las labores de resguardo de las especies endémicas en la semillateca, la reproducción en el invernadero y la siembra en las camas de cultivo de este bello jardín.
Corresponde a un conjunto de 51 camas de cultivo que dan forma a círculos concéntricos y que van dibujando el símbolo sagrado del mandala, de origen sánscrito, que representa a la unidad y a la armonía. Visto desde el cielo nos recuerda la infinitud del universo mediante el equilibrio de sus componentes, hábitat de un número indeterminado de especies de flora.
Cuenta con una torre de captación de agua pluvial ideada por la empresa Factor Eficiencia, aliada del desarrollo de múltiples proyectos del HRV. La estructura se compone del reuso de una antena parabólica que capta el agua de lluvia, posteriormente es almacenada y bombeada al estanque de su interior, donde coexisten especies de fauna como peces y tortugas, que ejemplifican la integración ambiental. También es posible reutilizar el agua captada como sistema de riego de las camas de cultivo.
Con un esquema de polinización abierta y de asociación de especies por sus requerimientos agroecológicos, en cada cama de cultivo se reproducen plantas de ornato y medicinales, así como legumbres, leguminosas, tubérculos, hortalizas y algunos árboles frutales como la papaya y el limón.
Entre las especies distintivas destacan, entre muchas otras:
Girasol mamut gigante (Helianthus Annuus), que alcanza más de 2 metros de altura, un cultivo logrado a partir de semillas procedentes de Australia y que se ha adaptado con gran facilidad al entorno.
Flor Capuchina (Tropaeolum Majus), que por su colorido entre tonos rojos y anaranjados, también es muy llamativa. Es originaria de Sudamérica y aparte de tener propiedades medicinales, recientemente es frecuente su uso gastronómico como acompañante en ensaladas por su sabor ligeramente picante.
La magia de este espacio es fruto del trabajo de un grupo de jóvenes entre voluntarios y en servicio social, que realizan múltiples tareas como: eliminar la mala hierba, aplicar abonos orgánicos, riego frecuente, remoción de la tierra, colocación de soportes para la ramificación y crecimiento de las plantas, cobertura del sustrato buscando evitar que los felinos rasguen la tierra, poda de algunos arbustos, cosecha de jitomates o acelgas de colores, entre otras muchas especies y tareas que se realizan diariamente, para la difícil labor de dar mantenimiento a este espacio.