Los Seis Movimientos

Los tiempos actuales requieren de manera urgente replantearnos el rumbo que como humanidad hemos hecho hasta ahora para darnos cuenta cuál es el futuro que queremos para las próximas generaciones. Esta crisis civilizatoria nos muestra con claridad que estamos en el umbral de un nuevo mañana o de plano en la constatación de un colapso que nos puede poner a la humanidad y a miles de especies en el camino del colapso. Es, como escribe Capra, un Punto Crucial definitorio en donde o nos movemos hacia la iluminación o hacia la extinción.

No se trata tan sólo de un cambio profundo en el balance de los poderes geopolíticos, estamos ante la posibilidad de que la biosfera no pueda ser capaz de reproducir la vida tal y como la conocemos ahora, de que la red ecosistémica rompa sus enlaces esenciales para su sostenibilidad, porque los límites planetarios ya no serán capaces de recomponer las cadenas tróficas y de que la racionalidad y la soberbia, en su miedo al cambio arrastren al mundo entero a una conflagración donde la vida se eclipse para dar paso a un largo invierno, donde el planeta reconfigurará todo y donde nuestra especie y la de muchas más, no logren prevalecer.

¿Qué debemos hacer ante este panorama cada vez más sombrío? ¿Hay esperanza? ¿Cómo y quiénes son los que pueden tejer un porvenir que sea capaz de armonizarnos con la natura, a la vez de hacernos capaces de tejer desde otra visión, donde la humanidad no compita por ser la especie dominante, divididos en grupos que luchan por imponer una ideología suprema, una religión verdadera o los poseedores únicos de los beneficios que el planeta nos brinda?

Lo que está claro es que con el sistema actual de creencias, con el modelo de producción y desarrollo, con nuestras actuales interrelaciones humanas y con nuestra forma de relacionarnos con la madre tierra, no seremos capaces de seguir existiendo en un mundo que reclama de manera urgente que hagamos las cosas de otra manera.

La Civilización Occidental, tal y como hoy la conocemos, no puede seguir siendo la respuesta posible a un mejor mañana, cumplió su rol histórico y, como todo lo que se aferra a no continuar, se resiste al cambio, de manera tal que trata a toda costa de que algo nuevo no emerja. Lo que la historia nos demuestra es que hay procesos evolutivos que de pronto comienzan a “flotar en el aire”, como la niebla que avanza silenciosa y de pronto aparece ante nuestros ojos para advertirnos que algo está por suceder. A finales del S XVIII, después de un largo proceso histórico de cambios surgidos desde el Renacimiento, luego de la Ilustración y después del Romanticismo, se impuso la Razón, los aires de un cambio importante dentro del marco Cartesiano evolucionaron, dejando percibir sus contradicciones, lo que fue definido por Marx como: “todo lo sólido se desvanece en el aire”; pues bien, nuevamente esta idea vuelve a flotar de manera más significativa, porque no se trata de un cambio dentro de la estructura superficial dentro del Paradigma Cartesiano, sino de un cambio desde la estructura profunda, por lo que podemos decir que la solidez de la conciencia racional comienza a desvanecerse porque es tiempo de que otra visión, otra conciencia de paso a un nuevo Paradigma.

El dar este paso va a constituir un hito fundamental para la humanidad si es que somos capaces de integrarlo en este siglo pues el desarrollo de la conciencia apunta a esa dirección, hacia Atman, hacia la unificación con el Todo; sin embargo, parir una nueva Era es doloroso y conlleva grandes peligros, porque lo que se resiste a morir prefiere continuar aferrado a subsistir. Necesitamos actuar desde el plano individual pero también desde el ámbito colectivo.

Cuando escribo ésto, una profunda mezcla de sensaciones invaden mi corazón, a veces me siento optimista, otras pesimista, es la contradicción que habita en la mente de quienes estamos conscientes y reflexivos del punto de inflexión en el que actualmente estamos, por ello reflexiono e intento buscar en el horizonte aquellos brotes de esperanza que me permiten imaginar cómo puede germinar un mañana donde todos los mundos quepan en el imaginario multiespecie en el que nos necesitamos tejer.

En el campo de lo posible veo que hay 6 grandes movimientos que están flotando en el aire, trayendo su brisa para que sus semillas se entretejan y esparzan su micelio regenerativo para lograr establecer nuevas superestructuras referenciales que nos permitan crear las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales (poliecosocioculturales), que nos den la posibilidad de construir una Revolución Empático-Cognitiva que nos armonice con la madre tierra y con nosotros mismos.

Estos movimientos son: 1) Reencontranos con el movimiento de los pueblo ancestrales, con su sabiduria y su manera de interconecatar con la madre tierra, donde la reciprocidad es el valor que se entiende y se comparte para que la armonía con los ciclos de la vida y de la muerte continúen, 2) Reconocernos con el movimiento ecofeminista, con el sagrado femenino, con la energía de lo intuitivo, desde donde se habla con la esencia de las plantas y con la magia que habita en los vientres que son capaces de reproducir la vida, 3) Sabernos parte de la  lucha del movimiento por la diversidad, donde nace una nueva  pluridiversidad, donde todos los géneros y todas las preferencias sexuales, creencias y valores, se honren a partir del respeto y el reconocimiento de que todas, todos y todes somos parte de un mismo origen, 4) Impulsar el movimiento de los jóvenes por el medio ambiente, para sentir que hoy son una fuerza que se expande para construir un futuro posible que constuya desde una visión empáctica-cognitiva que deline las estructuras del nuevo paradigma, 5) Fortalecer el movimiento por los derechos de la madre tierra y la igualdad de derechos de los animales y planta, para reconocer que el concierto ecosistémico tiene muchos actores, vivos y no vivos, vitales para el ecositema y, por lo tanto, tienen los mismos derecho de vivir y existir con dignidad y 6) La hegemonía Occidental trajo consigo una cultura de dominación que ha racializado el mundo a favor de la cosmovisión de la cultura paneuropea, donde la “cultura del hombre blanco” se ha impuesto, por lo que es imprescindible darle al movimiento antiracista presencia para descolonizar el pensamiento hegemónico y buscar la generación de las pluridiversidades.

En el momento en que estos seis movimientos sean capaces de madurar y saberse parte de un mismo propósito, podremos configurar la Revolución Empática-Cognitiva que necesitamos, sólo así podremos enfrentar a los poderes reales y fácticos que habitan en el paradigma racionalista que se aferra a no caer, a no darle paso a un nuevo Estadio de desarrollo de la conciencia y, por lo tanto, de lo que a través de ese cambio profundo podemos construir para proteger la Biosfera, ésta esfera pequeñísima que es la única capaz de hacer que florezca la vida, por lo menos, la única que conocemos y, que por lo mismo, debemos honrarla,  cuidarla y amarla a través de danzas, de cantos que invoquen al fuego, al viento, al agua y al la tierra, nuestros elementos constitutivos de lo que hoy somos desde que el polvo cósmico nos soñó más allá del tiempo y del espacio.

(T-LÍA texto libre de inteligencia artificial)