Comunidades Autorrealizadas
- Comunicación del Huerto
- 23 sept
- 3 Min. de lectura

La posibilidad de transitar hacia una forma de vida más sostenible y, sobre todo, expandida hacia una conciencia empática e interconectada con la red ecosistémica requerirá, en los años por venir, tener la capacidad de lograr nuevas formas de organización social que a su vez propongan nuevas alternativas de construcción política, de intercambios económicos y de expresiones culturales que transmitan a todo el cuerpo social un torrente de nuevas formas lingüísticas y estéticas capaces de sintetizar la visión del paradigma emergente que está comenzando a fluir, de manera efervescente, borboteando por los fluidos del tiempo cósmico, hasta llegar hoy a nosotros de maneras difusas pero cada vez más sincrónicas, evidentes y esperanzadoras, pues lo que está haciendo es romper los moldes de la estructura profunda del racionalismo para abrirse paso a una nueva estructura profunda, que nos permitirá el despertar de una conciencia integral -siguiendo a Gebser y Pavia, autorrealizada -siguiendo a Maslow, trascendente -siguiendo a Wilber- o a los albores de la supraconciencia, del Dharmakaya - siguiendo al budismo Mahayana.
A este paradigma le llamamos GeoBioSistémico, porque reconoce el tejido vital de lo no vivo y de lo vivo, de lo no biótico y de lo biótico, como partes indivisibles de un proceso evolutivo que nos conecta a la esencia de la Gran Cadena del Ser que la Filosofía Perenne ha expresado a través de las trazas culturales que todos los pueblos que han habitado este planeta lo han expresado en sus relatos mitológicos y en sus cosmogonías místicas.
Este impulso a la trascendencia nos ha acompañado a lo largo de nuestro paso por la historia, manifestándose de distintas maneras, atendiendo al nivel de conciencia que hemos venido desplegando. Cada Estadío Histórico es también una expresión del nivel de conciencia individual que a su vez, al paso de procesos complejos, llega un punto tal en que se socializa y se colectiviza, generando formas propias de expresiones culturales, políticas, económicas y sociales.
Nuestras formas polisocioecoculturales son, por lo tanto, una manifestación clara del nivel de conciencia colectiva y, por consiguiente, forman parte de un impulso dinámico, que está ejerciendo una presión trascendente hacia un estado superior de conciencia que nos permitirá generar nuevas estructuras polisocioecoculturales. adaptadas al estado de conciencia colectivo.
Permitamos esta línea comparativa: El Estado Nación y todas sus formas institucionales son consecuencia de la Era Moderna que a su vez es una expresión del Renacimiento-Ilustración-Romanticismo que a su vez es una creación del pensamiento Racionalista, de la mente egoica-racional que tiende sus primeros rizomas hace 3,000 a.c., dando inicio al Patriarcado y logrando llegar a su clímax en el Siglo XX, para comenzar a mostrar su declive justo en estos tiempos.
La crisis que ahora estamos enfrentando es justamente una crisis civilizatoria que obedece a las presiones emergentes de un nuevo estado de conciencia que está en proceso de construcción de una nueva estructura profunda. Esto sin duda tiene sus riesgos porque en el proceso de evolución de la conciencia podemos también caer en un largo y peligroso impasse que no sólo no permita dar el salto cuántico que se requiere, sino que nos lleve hacia un bucle de colapso.
Para evitar que esto suceda tenemos que trabajar en recomponer el tejido socioambiental y ésto únicamente será posible si comenzamos a imaginar formas de organización comunitarias, inclusivas, pluridiversas y multiespecie que posibiliten la colaboración o simpoiesis, lo que permitirá crear individuos capaces de generar la homeostasis social, lo que a su vez puede provocar la sintropía comunitaria, que no es otra cosa que acceder a una comunidad autorrealizada.
Estamos pues ante un punto crucial, definitorio del mañana que sólo será posible si somos capaces de transformar nuestras actuales estructuras polisocioecoculturales e imaginar una sociedad resiliente y regenerativa, que honre los valores que son capaces de ser sostenidos por una comunidad integrada a su bioregión, que reconozca los dones que la naturaleza nos comparte, ya no desde el saqueo y la avaricia acumulativa, sino desde el compartir con los otros la abundante escasez que la naturaleza nos permite, para así valorar el infinito ciclo de los elementos que nos constituyen y con ello, agradecer la posibilidad de dar y de recibir sólo lo que la tierra puede regenerar. El Paradigma GeoBioSistémico nos posibilita cerrar los ojos e imaginar que somos capaces de llevar a cabo la transformación profunda que una mente integral nos ofrece.
T-LÍA (texto libre de inteligencia artificial)
Comentarios